Competir en arte.
Hoy, el periodista de León, Eduardo Aguirre escribió un texto como pie de foto de un autorretrato de Van Gogh, que me pareció soberbio:
"Con Vicent
Me gusta mucho este autorretrato de Van Gogh, patrón de los perdedores. Hace ya años, un escritor leonés me dijo un tanto desconcertado, en presencia de su mujer y de la mía, que no comprendía mi rechazo a premiar a mis amigos en los concursos a cambio de que ellos luego hiciesen lo mismo conmigo. "Es lo normal", me dijo. Y le contesté: "no puedo hacerlo, pensaría en que ese autor que he dejado sin premio para dárselo a un amigo mío podría ser Van Gogh, un artista en la cuerda floja emocional, cuyo ser o no ser estaría dependiendo de que yo fuese justo con su obra en mi decisión". Se hizo un silencio. Desde aquel día nos distanciamos. A él le ha ido muy bien de acuerdo a las reglas de su mundo. No es un mal tipo, pero su proceder, convertirlo todo en relaciones personales y favores mutuos creo que contribuye a que en la cuneta queden aquellos que, simplemente, necesitan que seamos justos con su obra, ni siquiera con ellos."
Y yo contesté lo que me salió al momento, sin pensarlo:
Soberbio texto. Enhorabuena, por el significante y por el significado.
No obstante, creo que el arte no es la cancha más idónea para competir en nada. La competición es mejor para el deporte que sustituya y canalice el veneno innato de la guerra y del "zánatos". La creación artística en todas sus modalidades creo que es mejor exponerla a secas y que cada cual la valore según sus preferencias subjetivas sin alharacas ni aspavientos y se goce de ella para mejor sobrellevar la dura existencia al que le resulte dura, y al que le resulte blanda que distribuya el gozo. Saludos maragatos desde Málaga.
"Con Vicent
Me gusta mucho este autorretrato de Van Gogh, patrón de los perdedores. Hace ya años, un escritor leonés me dijo un tanto desconcertado, en presencia de su mujer y de la mía, que no comprendía mi rechazo a premiar a mis amigos en los concursos a cambio de que ellos luego hiciesen lo mismo conmigo. "Es lo normal", me dijo. Y le contesté: "no puedo hacerlo, pensaría en que ese autor que he dejado sin premio para dárselo a un amigo mío podría ser Van Gogh, un artista en la cuerda floja emocional, cuyo ser o no ser estaría dependiendo de que yo fuese justo con su obra en mi decisión". Se hizo un silencio. Desde aquel día nos distanciamos. A él le ha ido muy bien de acuerdo a las reglas de su mundo. No es un mal tipo, pero su proceder, convertirlo todo en relaciones personales y favores mutuos creo que contribuye a que en la cuneta queden aquellos que, simplemente, necesitan que seamos justos con su obra, ni siquiera con ellos."
Y yo contesté lo que me salió al momento, sin pensarlo:
Soberbio texto. Enhorabuena, por el significante y por el significado.
No obstante, creo que el arte no es la cancha más idónea para competir en nada. La competición es mejor para el deporte que sustituya y canalice el veneno innato de la guerra y del "zánatos". La creación artística en todas sus modalidades creo que es mejor exponerla a secas y que cada cual la valore según sus preferencias subjetivas sin alharacas ni aspavientos y se goce de ella para mejor sobrellevar la dura existencia al que le resulte dura, y al que le resulte blanda que distribuya el gozo. Saludos maragatos desde Málaga.
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